Ecografía mamaria: procedimiento y usos

Usos de las ecografías mamarias

La mamografía tradicional es la técnica de diagnóstico por imagen por excelencia para el cribado del cáncer de mama. Esto es así porque se trata de una técnica rápida, sencilla de realizar, económica, y que hace uso de maquinaria ampliamente disponible en todo el mundo. De todas formas, en ciertas ocasiones se puede requerir de otras pruebas imagenológicas para una observación más clara del tejido mamario. Aquí entra en juego la ecografía de las mamas.

La ecografía mamaria tiene diversos usos y aplicaciones, aunque se suele recomendar en los siguientes escenarios:

1. Evaluación de un área anormal y/o sospechosa en alguna de las mamas tras la realización de una mamografía previa.
2. Detección de cáncer de mama en mujeres con riesgo alterado que no pueden someterse a una resonancia magnética de mama o que están embarazadas y no deben realizarse pruebas de rayos X.
3. Detección de cáncer de mama en mujeres jóvenes o con tejido mamario denso, pues en estos casos puede ayudar a complementar a la mamografía por la dificultad en la observación de tejidos.
4. Ante la presencia de ciertos síntomas mamarios, como un bulto, dolor en la mama, depresión de uno de los pezones, irregularidades mamarias y más.

En última instancia, también cabe destacar que la ecografía mamaria puede ser de gran utilidad para el guiado de biopsias, es decir, la extracción de tejido mamario con el fin de comprobar si existen células cancerosas en el área a estudiar. En cualquier caso, se recomienda que la realización de este estudio imagenológico se lleve a cabo solo si la sintomatología lo amerita o si se ha recomendado por un profesional médico.

¿En qué se diferencia la ecografía mamaria de la mamografía?

Antes de continuar, es de interés citar las diferencias más importantes entre la mamografía y la eco mamaria, con el fin de distinguir ambas técnicas a nivel basal:

• La ecografía mamaria hace uso de ultrasonidos para obtener las imágenes, mientras que la mamografía hace uso de rayos X (radiación ionizante). Por este motivo, la mamografía puede presentar ciertas contraindicaciones en lo que a pacientes y repetición se refiere, pero la ecografía mamaria se puede realizar tantas veces como se requiera.
• La mamografía es menos efectiva en mujeres con tejido mamario denso, ya que esta fisiología puede ocultar anomalías. La ecografía mamaria es una buena opción en este escenario.
• La mamografía es especialmente útil para detectar calcificaciones, que pueden ser un signo temprano de cáncer de mama. La ecografía mamaria es algo más eficaz para evaluar tejidos blandos y puede detectar masas sólidas o líquidas en los senos.
• La mamografía es la principal herramienta de detección de cáncer de mama recomendada para mujeres de ciertas edades, generalmente a partir de los 40 o 50 años. La ecografía mamaria es más recomendada en mujeres jóvenes y con ciertas particularidades anatómicas.

Preparación para la ecografía de seno

En general, la ecografía es una técnica de diagnóstico por imagen que requiere una preparación escasa, pues es muy sencilla de realizar, no invasiva y rápida. De todas formas, se recomienda que el día de la prueba la paciente no se ponga desodorantes o lociones en la región mamaria/axilar, pues esto podría dificultar la obtención de imágenes.

El día de la prueba, lo más adecuado es ponerse ropa holgada y fácil de poner-quitar, además de traer otras pruebas imagenológicas previas de interés en la mama. Más allá de estas apreciaciones, no hay más preparación a tener en cuenta.

¿Cómo es el procedimiento de la ecografía mamaria?

Antes de comenzar la ecografía mamaria, se le pedirá a la paciente que se desvista de la cintura hacia arriba y se ponga una bata hospitalaria. Generalmente, esta tendrá que acostarse boca arriba en una mesa de examen. Una vez posicionada, el técnico especializado en ecografías o radiólogo comenzará el procedimiento, aplicando un gel a base de agua en el área del seno que se va a examinar. Este gel ayuda a que el transductor de ultrasonido se deslice suavemente sobre la piel y permite una mejor transmisión de las ondas sonoras.

El técnico o el radiólogo moverá el transductor sobre el área del seno, capturando imágenes de los tejidos mamarios desde diferentes ángulos. Durante el examen, es posible que se le pida a la paciente que cambie de posición o que contenga la respiración brevemente para obtener imágenes más claras. El procedimiento tiene una duración estimada entre 15 y 30 minutos, dependiendo de las áreas estudiadas y otras particularidades.

Tal y como se ha mencionado en líneas previas, esta técnica es no invasiva, sencilla y completamente indolora. Además, se puede hacer vida normal al terminar el estudio.

Ventajas de la ecografía de mama

Como toda técnica de diagnóstico por imagen, la ecografía mamaria reporta múltiples puntos positivos, y alguno negativo. Entre las bondades de este procedimiento, se destacan:

• La ecografía de mama no utiliza radiación ionizante, a diferencia de la mamografía, los rayos X tradicionales o la tomografía axial computarizada (TAC). Esto la hace completamente segura, y repetible cuantas veces sea necesario.
• Es un excelente complemento a la mamografía para la diferenciación de lesiones y para mujeres con tejido mamario denso/jóvenes/embarazadas en las que podría no recomendarse la exposición a radiación ionizante.
• A diferencia de la mamografía, no supone una compresión de los senos, lo que hace que sea una técnica menos desagradable para la paciente.

Más allá de los beneficios de esta técnica, la ecografía mamaria también presenta algunos puntos flojos. Por ejemplo, reporta ciertas limitaciones en la caracterización de calcificaciones, y tampoco es capaz de sustituir a la mamografía como técnica de cribado principal para la detección y el diagnóstico del cáncer de mama. Su realización es de lo más útil, pero siempre que un profesional en salud lo recomiende con anterioridad.

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