1. Clamidia
La clamidia es una infección de transmisión sexual (ITS) común provocada por la bacteria Chlamydia trachomatis, la cual se transmite de forma usual a través de relaciones sexuales vaginales, orales o anales. También es posible que la madre transmita al hijo la enfermedad durante el proceso de parto tras el embarazo, si bien este evento es menos prevalente. Tal y como indica el portal científico Elsevier, cada año se producen más de 130 millones de nuevas infecciones en el mundo por este patógeno.
Hasta el 50 % de los casos de clamidia son asintomáticos en el sexo biológico masculino. Cuando se presentan, los síntomas de clamidia en el hombre son:
- Ardor al orinar.
- Secreciones anormales por el pene.
- Dolor e inflamación en uno o ambos testículos (menos frecuente).
Hasta 7 de cada 10 cuadros de clamidosis son asintomáticos en la mujer. En caso de presentarse, los signos y síntomas en el sexo biológico femenino son:
- Flujo vaginal anormal, que suele tener mal olor.
- Sensación de ardor al orinar.
- Dolor abdominal bajo, en caso de propagación.
2. Gonorrea
La gonorrea es otra de las ETS más habituales en todo el mundo, en este caso provocada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, comúnmente conocida como gonococo. Al igual que en el caso de la clamidia, esta ETS se puede transmitir a través del contacto sexual vaginal, oral o anal, y también es posible contagiar al bebé durante el parto. Según la OMS, se producen más de 80 millones de casos de gonorrea en todo el mundo cada año.
A diferencia de la clamidia, hasta el 90-95 % de hombres infectados por gonorrea presentan síntomas evidentes. Entre los más habituales, destacamos:
- Dolor al orinar.
- Descarga blanquecina, verde o amarillenta por el pene.
- Dolor en la zona del ano, en caso de presentar infección rectal.
- Picor/dolor testicular.
Tal y como indican estudios, el porcentaje de mujeres con gonorrea asintomáticas es bastante mayor, oscilando un 30-50 % del total de casos. Los signos y síntomas más prevalentes son los siguientes:
- Descarga verdosa/amarillenta por la vagina.
- Sensación de ardor al orinar.
- Dolor en el abdomen bajo.
- Sangrado vaginal fuera del periodo menstrual (algo menos común).
Si no se trata, la gonorrea puede provocar enfermedad inflamatoria pélvica, embarazo ectópico o infertilidad. Detectar esta infección es esencial para evitar complicaciones de cara al futuro.
3. Virus del papiloma humano (VPH)
El término virus del papiloma humano (VPH) engloba a un grupo de más de 200 agentes víricos pertenecientes a la familia Papillomaviridae. Algunos de estos virus generan infecciones totalmente asintomáticas, otros provocan verrugas corporales, otros generan lesiones genitales, y un grupo muy reducido puede favorecer la aparición de ciertos tipos de cáncer ante infecciones crónicas, como es el caso de los VPH-16 y VPH-18.
La mayoría de las personas infectadas con VPH no presentan síntomas. En algunos casos, la infección puede provocar verrugas genitales, que pueden aparecer como pequeñas protuberancias o grupos de protuberancias en la zona genital. En mujeres, estas pueden aparecer en la vulva, vagina o en la piel de la ingle. En hombres, suelen aparecer en el pene, especialmente bajo el prepucio, aunque también pueden aparecer en la zona rectal u otras partes del cuerpo.
En caso de que se presente una infección crónica con riesgo aumentado de cáncer o un cáncer ya desarrollado, la sintomatología puede variar de forma drástica según el área afectada. Ante cualquier sospecha o duda, ponte en contacto con tu médico.
4. Virus del herpes simple (VHS)
El herpes simple es una ETS muy común causada por el virus del herpes simple (VHS), que se presenta en dos variantes: el tipo 1 (VHS-1), generalmente asociado al herpes oral, y el tipo 2 (VHS-2), más frecuente en el área genital. Esta infección se transmite a través del contacto directo con las lesiones, la piel o las mucosas durante las relaciones sexuales vaginales, orales o anales, incluso si no hay síntomas visibles.
Una característica particular del herpes simple es que muchas personas infectadas no presentan síntomas o los confunden con otras afecciones. No obstante, cuando se manifiestan, los signos más frecuentes incluyen:
- Aparición de ampollas dolorosas o llagas en la zona genital, anal o bucal.
- Picor, ardor o dolor en el área afectada antes de la aparición de las lesiones.
- Fiebre y malestar general durante el primer brote.
- Inflamación de ganglios linfáticos cercanos a la zona infectada.
Tras el primer episodio, el virus permanece en estado latente en el cuerpo y puede reactivarse en momentos de estrés, enfermedades o inmunosupresión. Aunque no tiene cura, existen tratamientos antivirales que ayudan a controlar los brotes, reducir la duración de los síntomas y disminuir el riesgo de transmisión.
5. Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es una ETS que ataca el sistema inmunitario, debilitando las defensas del organismo y haciéndolo más vulnerable a infecciones y ciertos tipos de cáncer. El VIH se transmite principalmente a través del contacto con fluidos corporales como la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna. Las vías más comunes de contagio son las relaciones sexuales sin protección, el uso compartido de jeringuillas y la transmisión de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia.
En sus primeras fases, muchas personas no presentan síntomas o experimentan signos similares a los de una gripe leve, como:
- Fiebre.
- Dolor de garganta.
- Ganglios inflamados.
- Fatiga.
Después de esta fase inicial, el virus puede permanecer en el organismo sin causar síntomas durante años, aunque sigue dañando progresivamente el sistema inmunológico. Si no se trata, el VIH puede avanzar y convertirse en el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), una etapa en la que el cuerpo pierde casi por completo su capacidad de defensa.
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