Tomografía computarizada de cabeza: procedimiento y usos

Tomografía computarizada de cabeza: procedimiento y usos

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El término tomografía computarizada (TC), antes abreviado como TAC, hace referencia a un tipo de prueba para el diagnóstico por imagen que utiliza ordenadores y una máquina giratoria de rayos X con el fin de obtener imágenes transversales de la sección del cuerpo de interés. Las imágenes obtenidas durante este proceso son más exactas que las que brinda una radiografía convencional, de ahí su importancia.

La tomografía computarizada tiene múltiples usos, pero se emplea especialmente para evaluar las lesiones internas en pacientes que hayan sufrido caídas, accidentes de tráfico y otros tipos de traumatismos. Además, permite visualizar casi todas las partes del cuerpo de forma no invasiva. En las siguientes líneas, se recoge el procedimiento y los usos de la tomografía computarizada de cabeza.

¿Para qué sirve una tomografía computarizada de cabeza?

La tomografía computarizada (TC) de cabeza tiene un uso claro: proporcionar imágenes rápidas, y no invasivas, del cerebro y el cráneo. Este proceso produce imágenes que se pueden reformatear en múltiples planos, llegando incluso a generar construcciones tridimensionales. El profesional médico revisa estas imágenes y realizar el diagnóstico adecuado. Los resultados se pueden guardar, interpretar desde un monitor de ordenador o grabar en un CD/DVD/USB.

La TC de cabeza tiene múltiples usos, entre los que se encuentran los siguientes:

  • Detectar sangrados, lesiones en el cerebro y fracturas craneales en personas que han sufrido un traumatismo craneoencefálico.
  • Confirmar un sangrado dentro de la cabeza por la ruptura de un aneurisma en personas con síntomas compatibles (náuseas y vómitos, dolor de cabeza, rigidez de cuello, sensibilidad a la luz, convulsiones y más).
  • Diagnosticar un accidente cerebrovascular, ya sea de tipo hemorrágico (el cerebro se ha inundado de sangre) o isquémico (el flujo sanguíneo a una parte del cerebro se ha detenido por un coágulo sanguíneo).
  • Localizar defectos congénitos en el cerebro y el cráneo.
  • Vigilar o diagnosticar una acumulación de líquidos dentro de las cavidades (ventrículos) profundas del cerebro.
  • Observar vasos sanguíneos mal formados o lesionados dentro de la cabeza.
  • Verificar la presencia y características de tumores, quistes o abscesos dentro del cráneo.

La tomografía computarizada de cabeza tiene otros muchos usos más allá de los citados. Por ejemplo, se puede emplear para encontrar la causa de la inflamación de los senos paranasales, planificar reconstrucciones faciales tras un traumatismo grave, elegir el modo de acción en un tratamiento de radioterapia para un tumor cerebral, guiar biopsias en el cerebro y más.

¿Cómo prepararse para esta prueba?

En primer lugar, es necesario llevar ropa cómoda y fácil de quitar el día del análisis, pues puede que el profesional sanitario le pida al paciente ponerse una bata. También hay que dejarse todos los complementos estéticos metálicos (piercings, pendientes, colgantes, collares y más) en casa. Por último, en algunos casos se requiere el retirado de audífonos y ciertas piezas dentales.

En ciertas tomografías computarizadas se requiere un “tinte” especial, conocido como medio de contraste, para mejorar la visibilidad de estructuras o fluidos dentro del cuerpo. El contraste se inyecta por vía intravenosa en la mano o el antebrazo o se bebe. En estos casos, hay que tener en cuenta varios puntos:

  • No se deben ingerir alimentos por un intervalo de tiempo concreto (entre 3 y 6 horas).
  • El paciente debe informar al profesional sanitario si ha tenido reacciones adversas a contrastes en el pasado. En este caso, puede que se receten medicamentos (sobre todo esteroides) para reducir el riesgo de reacciones alérgicas durante el proceso.
  • Las personas diabéticas que tomen metformina deben avisar al profesional médico antes de la inyección de contraste. La metformina debe suspenderse en el momento de la prueba y durante al menos 48 horas después debido al riesgo de acidosis láctica en el caso poco frecuente de que se produzca un cambio grave en la función renal. Los pacientes con problemas en los riñones también tienen que informarlos, pues el contraste podría empeorar el cuadro.

Por otro lado, también hay que tener en cuenta que la máquina que realiza la TC suele tener un límite de peso. Es necesario tenerlo presente si el paciente pesa más de 135 kilos. Las tomografías computarizadas sin contraste no requieren de preparación más allá que la remoción de elementos que puedan interferir con la obtención de imágenes. Se pueden tomar los medicamentos recetados de forma normal a menos que el médico indique lo contrario al recetar la prueba.

¿Cómo se hace una tomografía computarizada de cabeza?

En primer lugar, el profesional médico le pedirá al usuario que se ponga la indumentaria pertinente y se deshaga de todo elemento que pueda interferir en la obtención de imágenes. Después, el paciente se tumbará en la cama de la máquina. En este punto se inyectará o consumirá el medio de contraste (en caso de que sea necesario).

La cama de la máquina se moverá a través del escáner (estructura con forma circular) para la obtención de imágenes. Dependiendo del tipo de prueba, se pueden requerir varias pasadas. Se pedirá que el paciente se mantenga inmóvil y, en algunos casos, que contenga la respiración. Cualquier tipo de movimiento puede generar errores, conocidos como artefactos.

El proceso completo no suele durar más de 10 minutos. Cuando el examen ha finalizado, el paciente deberá esperar un poco hasta que se confirme la utilidad de las imágenes obtenidas.

¿Qué se siente al hacer la prueba?

La tomografía computarizada de cabeza sin contraste es completamente indolora. Algunas personas con condiciones preexistentes pueden sentirse un poco incómodas al permanecer tumbadas en la máquina mientras se obtienen las imágenes, pero nada más.

Si se realiza la inyección de un medio de contraste, se puede sentir lo siguiente:

  • Sensación de quemazón leve.
  • Un sabor metálico en la boca.
  • Sensación de una calidez extraña en el cuerpo.

Todas estas sensaciones son normales y desaparecen en un intervalo de tiempo muy corto. Ante cualquier duda, el paciente puede consultarla con el médico de forma abierta.

Casi nunca se necesita sedación para este procedimiento.

¿Cuáles son los riesgos de la tomografía computarizada de cabeza?

Todas las pruebas de diagnóstico por imagen se realizan teniendo en cuenta que los potenciales beneficios son mucho mayores que los riesgos. Por esta razón, si el profesional médico conoce todo el historial clínico del paciente y recomienda una TC, lo mejor es seguir su consejo.

A pesar de su invasividad mínima, la tomografía computarizada de cabeza puede tener ciertos riesgos. Destacamos los siguientes:

  • Uso de radiación: la tomografía computarizada cursa con una exposición breve a radiación ionizante. Además, hay que tener en cuenta que la exposición es mayor en este caso que en el de una radiografía normal. Siempre existe un riesgo mínimo de desarrollar cáncer ante la exposición excesiva a radiación.
  • Problemas en el embarazo: aunque es poco probable que la radiación dañe a un bebé por nacer, en el embarazo se pueden recomendar otros tipos de pruebas con el fin de minimizar los riesgos. De todas formas, el riesgo en la CT de cabeza es mucho más bajo que en una abdominal, por ejemplo.
  • Posibles reacciones adversas al material de contraste: si ya se conoce la predisposición, es posible minimizar este riesgo con el consumo previo de antihistamínicos o esteroides. De todas formas, la mayoría de reacciones son leves y solo conllevan picazón/urticaria.

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Santiago Domenech De Frutos

Médico cirujano por la Universidad de Carabobo (Venezuela) con múltiples másteres en medicina de emergencias, ecografía músculo-esquelética, medicina del deporte y patología aguda pediátrica.

Especialista en trauma-shock, ecografía clínica integral y diagnóstico en traumatología.

Médico adjunto en urgencias traumatológicas en Hospital Quirón Valle del Henares y asistente en Elgeadi Traumatología.

Profesor en la Universitat de Barcelona y en UltraDissection Group, especializado en formación de ecografía para médicos de emergencias.

Amplia experiencia en medicina de urgencias y emergencias en hospitales como HM Hospitales, Clínica Santa Elena, Hospital Nisa y Sanitas La Moraleja.

Instructor en múltiples programas de soporte vital y emergencias, incluyendo PALS, ACLS, BLS, FCCS y ATLS.

Coordinador del Servicio de Medicina de Emergencias en IFEMA y exdirector del European Institute of Ultrasound in Medicine.

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Alejandro Almoguera

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid, especializado en cirugía ortopédica y traumatología en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias.

Formación complementaria en cirugía de mano y reconstructiva en FREMAP, el Instituto de la Mano del Dr. Piñal y con el Dr. Cavadas en Valencia.

Miembro de SECOT, SOMACOT y SECMA, además de cooperante activo en la ONG COEM.

Coordinador de Trasplantes de Tejido Osteotendinoso en el Hospital Fundación Hospitalarias Beata María Ana de Madrid.

Experiencia como responsable de cirugía de mano y muñeca en el Hospital QuirónSalud Valle del Henares y en EQAL Traumatología del Hospital Nuestra Señora del Rosario.

Consultor de cirugía de mano y muñeca en la Clínica Universidad de Navarra (Madrid y Pamplona).

Especialista en cirugía artroscópica y ortopedia de rodilla, pie y tobillo, con alta cualificación en técnicas microquirúrgicas y reconstructivas.

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Jose Ramón Almoguera

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, con másteres en Biomecánica del Aparato Locomotor y Anatomía Funcional y Clínica de la Rodilla.

Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología, formado en el Hospital Fremap de Majadahonda con el Dr. Pedro Guillén.

Ex Jefe Clínico de la Unidad de Miembro Superior y ex Jefe de Servicio de Traumatología en el Hospital Fremap.

Más de 30 años de experiencia en cirugía artroscópica de rodilla, hombro y codo, prótesis articulares y tratamiento de fracturas.

Ponente, director y miembro de comités organizadores en numerosos cursos y congresos médicos.

Miembro emérito de varias sociedades científicas (SECOT, SECHC, SETLA) y ex integrante de la Junta Directiva de SETLA.

Docente en universidades y cursos especializados en biomecánica, traumatología y cirugía artroscópica.

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John Doe

Cargo: Traumatólogo

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