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Los 5 tipos de dolor

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Todo ser humano con un sistema nervioso que funciona de la manera esperada ha sentido dolor en algún momento de su vida. Vamos más allá, pues según fuentes epidemiológicas hasta el 37 % de la población general en regiones de alto ingreso convive con un dolor crónico. Por desagradable que pueda resultar esta sensación, es esencial para la supervivencia: cuando se percibe malestar físico en una situación concreta, se activan mecanismos tanto conscientes como subconscientes para proteger la integridad propia y ponerse a salvo.

Aunque el dolor es necesario para explicar la evolución y permanencia de los seres vivos en el entorno, convivir con él de manera asidua puede disminuir mucho la calidad y esperanza de vida de quién lo padece. En las siguientes líneas, se exploran los 5 tipos de dolor y la propia definición del término. El primer paso para combatir un estado fisiológico alterado es conocerlo.

Dolor: definición y tipos asociados

El Subcomité de Taxonomía de la IASP (Asociación Internacional para el Estudio del Dolor) elaboró en el año 1978 una definición del término que aquí nos atañe. Esta tuvo una gran acogida, fue respaldada por instituciones tan reconocibles como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se cita en la siguiente línea: “el dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a una lesión real o potencial o descrita en los términos de dicha lesión”. Dicho de forma algo más rápida y sencilla, se trata de una percepción sensorial localizada y subjetiva que puede ser más o menos intensa, molesta o desagradable, y que se manifiesta en alguna parte del cuerpo.

El dolor tiene diversas características y se puede clasificar según varios parámetros. Caracterizar esta sensación de la manera adecuada es esencial para ofrecer la mejor atención a un paciente cuando visita el centro médico. Entre los factores a tener en cuenta, se destacan los siguientes:

  • Intensidad: “si tuviera que clasificar esta sensación del 1 al 10, ¿qué puntuación obtendría?”. La intensidad del dolor es completamente subjetiva y depende de la nocicepción (percepción consciente) y del umbral propio, entre otras cosas.
  • Localización: “¿dónde le duele?”. La mejor forma de dar respuesta a esta cuestión es pedirle al paciente que señale el foco de la sensación en su cuerpo. En caso de que el malestar sea difuso o irradiado, puede ser de utilidad usar figuras humanas y sombreados de las áreas afectadas.
  • Duración: “¿cuánto tiempo lleva el dolor presente?”. Un parámetro que se explica por sí solo. También es importante saber si el malestar va y viene o si es sostenido, por ejemplo.
  • Factores que agravan y alivian: qué posiciones, comportamientos, cambios o características hacen que el dolor mejore/empeore.
  • Comportamientos asociados: hay una serie de conductas y comportamientos que se suelen repetir según el tipo de dolor experimentado en distintos pacientes (muecas, miradas, incapacidad para moverse y más). Aunque las señales no verbales puedan ser de gran utilidad, no pueden servir para dictaminar en la totalidad la presencia y extensión del dolor.

Una vez se han explorado la definición y características generales del dolor, se pueden exponer de forma más detallada los tipos y sus diferencias principales. Conocer la tipología de esta sensación es uno de los primeros pasos para abordarla de la forma más eficaz posible.

1. Dolor agudo

El dolor agudo es una percepción a corto plazo que se suele sentir después de una enfermedad, lesión, cirugía o un parto, entre otros eventos. Por lo general, el dolor agudo es de presentación rápida, naturaleza intensa y corta duración. El intervalo temporal en el que se comprende su definición es desde unos pocos segundos hasta menos de 6 meses. Cuando desaparece y se resuelve el agente subyacente, y exceptuando casos concretos, el paciente puede continuar con su vida de forma normal.

El dolor agudo puede ser fuerte, palpitante, ardiente, de tipo hormigueo o algo similar a un apuñalamiento. También se suele acompañar de debilidad y/o entumecimiento del área afectada. Un corte con un cuchillo es un ejemplo perfecto de dolor agudo, aunque existen muchísimos más.

2. Dolor crónico

Tal y como indican estudios, el dolor crónico es aquel que se presenta por un periodo superior a los 6 meses (aunque en otras fuentes se establece el punto de corte a partir de las 12 semanas o 3 meses). Puede estar presente durante las 24 horas del día o, en su defecto, ir y venir según varios parámetros. También puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo y es capaz de interferir con las actividades rutinarias y su desempeño.

Este tipo de dolor puede continuar incluso cuando la causa subyacente ha desaparecido. Además, algunas personas pueden padecerlo cuando no hay un cuadro clínico claro que lo provoque (dolor crónico idiopático). Algunas condiciones comunes que cursan con dolor crónico son la diabetes tipo II, el cáncer, la artritis, la fibromialgia o las migrañas.

3. Dolor neuropático

Aproximadamente el 20 % de los cuadros de dolor crónico son de origen neuropático. Esto quiere decir que el malestar se origina directamente por una lesión o enfermedad que afecta al sistema nervioso periférico o central. En general, este tipo de dolor se caracteriza por ser desproporcionado respecto a la lesión, por presentarse con hormigueos/ardor y por signos de lesión nerviosa durante el examen neurológico.

Diversos síndromes específicos incluyen dolor neuropático. Entre ellos, destacan la neuralgia posherpética, la polineuropatía dolorosa y el síndrome de dolor regional complejo, entre otros. No se puede abordar en todos los casos, pero existen diversos tratamientos emergentes específicos para paliarlo.

4. Dolor nociceptivo

Tal y como indica su nombre, el dolor nociceptivo es aquel que está provocado por la activación de los receptores del dolor (llamados nociceptores) en respuesta a un estímulo, ya sea una lesión, infección, inflamación, enfermedad o más. Suele estar causado por desencadenantes mecánicos, térmicos o químicos y en general se considera una respuesta natural frente a una amenaza externa.

Un ejemplo perfecto de dolor nociceptivo es lo que se siente al golpearse el codo contra una superficie dura o al acercar la mano a una fuente de calor. Suele percibirse en estructuras externas en contacto con el exterior, como músculos, piel, tendones y huesos de las extremidades.

5. Dolor radicular

El dolor radicular es un tipo de malestar muy específico que se manifiesta cuando el nervio espinal, nervio mixto que transporta señales motoras, sensoriales y autonómicas entre la médula espinal y el cuerpo, se ve comprimido o inflamado. La causa más común de este tipo de dolor es la hernia discal. Suele ser de naturaleza penetrante, punzante y extenderse a las extremidades.

Un síntoma común, pero que requiere atención

Por común que sea, el dolor requiere un proceso diagnóstico en su variante crónica en todos los casos, y también puede necesitar atención aunque sea de naturaleza aguda. En MIDIAGNOSTICO, contamos con diversas pruebas de diagnóstico por imagen y análisis clínicos que te permitirán conocer las causas de esta sensación de forma rápida y sencilla.

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