Lesiones deportivas: tipos, síntomas, causas y tratamiento
Causas, síntomas y tratamiento de lesiones deportivas.

Lesiones deportivas: tipos, síntomas, causas y tratamiento

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El deporte es esencial para una vida sana. La práctica de ejercicio de forma asidua reduce el riesgo de padecer patologías como cáncer, diabetes, hipertensión, obesidad, trastornos cardiovasculares, depresión y mucho más. Además, se trata de un vehículo excelente para la formación de vínculos sociales, el contacto con la naturaleza y el envejecimiento saludable. A pesar de las incontables bondades de mantenerse en forma, es necesario destacar que toda práctica de deporte tiene un riesgo asociado de lesión.

Las lesiones deportivas, como su propio nombre lo indica, son daños o eventos traumáticos que se asocian comúnmente con el deporte (aunque también pueden ocurrir en otros escenarios). Este tipo de traumatismos suelen estar provocados por uso excesivo, impacto directo o aplicación de fuerza mayor que la parte del cuerpo puede soportar estructuralmente. En las siguientes líneas, se describen los tipos, los síntomas, las causas, el diagnóstico y el tratamiento de este conjunto de cuadros clínicos.

Tipos de lesiones deportivas

La tipología de la lesión deportiva puede variar ampliamente según el parámetro observado: tiempo de duración, área anatómica afectada, tejido dañado, y mucho más. En el siguiente listado, si citan algunas de las clasificaciones más relevantes:

Según su duración:

  • Lesión aguda: se produce de forma repentina durante el ejercicio (en general, en menos de 48 horas antes del diagnóstico) y puede durar hasta 2-3 meses.
  • Lesión crónica: este tipo de lesión es de mayor duración, suele ir “escalando” en lo que a malestar se refiere, y se presenta durante un intervalo estimado de 6 meses o más.

Según el tejido afectado:

  • Tejido blando: aquí se engloba el daño de músculos, ligamentos y tendones de todo el cuerpo. Las lesiones comunes de los tejidos blandos generalmente ocurren por un esguince, una distensión, un golpe único que resulta en una contusión o el uso excesivo de una parte particular del cuerpo durante la actividad física repetida.
  • Tejido duro: en este caso, el daño se produce en cualquier tejido calcificado del cuerpo, como pueden ser los huesos o los dientes. Son lesiones menos usuales que las de tejido blando, pero en general acarrean una mayor severidad y dificultad de tratamiento.

Según el área anatómica:

  • Músculos: se incluyen distensiones musculares, calambres musculares, contusiones musculares y más.
  • Articulaciones: esguinces, luxaciones, bursitis.
  • Huesos: fracturas, fisuras óseas, periostitis.
  • Tendones y ligamentos: tendinitis, rotura de tendones, lesión del ligamento cruzado anterior (LCA).
  • Columna: hernias discales, lumbalgia, fracturas vertebrales.
  • Piel: abrasiones, cortes y ampollas.

Esta tipología de las lesiones deportivas es general, pero existen muchas variantes más, dependiendo de los parámetros a los que se preste atención. Ante cualquier duda sobre su categorización o sintomatología, se recomienda ponerse en contacto con un profesional médico.

Algunos ejemplos comunes

En el siguiente listado, se recogen 7 ejemplos de lesiones deportivas habituales. De todas formas, es necesario tener en cuenta que existen muchísimas más.

  • Esguince: una lesión en los ligamentos causada por un estiramiento o torcedura excesiva.
  • Distensión muscular: se trata del desgarro parcial o total de las fibras musculares debido a un esfuerzo excesivo.
  • Fractura: una rotura completa o parcial de un hueso por impacto o sobrecarga.
  • Tendinitis: se trata de la inflamación de un tendón por movimientos repetitivos o sobreuso.
  • Luxación: es el desplazamiento de un hueso fuera de su posición normal en una articulación.
  • Lesión del menisco: ocurre al producirse un daño en los cartílagos de la rodilla por giros o movimientos bruscos.
  • Fascitis plantar: supone la inflamación del tejido que conecta el talón con los dedos, y es muy común en corredores.

Síntomas de las lesiones deportivas

La sintomatología de la lesión depende mucho de cada caso. De todas formas, los daños más superficiales y frecuentes suelen compartir una serie de signos clínicos que indican sospecha. Entre los más comunes, se destacan:

  • Dolor en el área afectada.
  • Enrojecimiento e hipersensibilidad al tacto.
  • Pérdida de rango de movilidad en la extremidad afectada.
  • Ruido de chirrido, crujido, chasquido o estallido (generalmente asociado a un problema en tendones o articulaciones).
  • Incapacidad para soportar peso sobre la cadera, la pierna o el pie.
  • Piel caliente en el área afectada.
  • Rigidez.
  • Presencia de moratones en el área afectada.

Todos estos signos son frecuentes en las lesiones agudas, pero las crónicas pueden manifestarse de forma más inespecífica y prolongada. En el caso de una patología crónica, el malestar puede presentarse de forma sorda y leve durante gran parte del día, si bien el dolor se incrementa durante la práctica del deporte o al hacer ejercicio.

En ciertos escenarios, la lesión puede ser grave y requerir de atención médica inmediata. Es necesario acudir a urgencias si la persona afectada ha perdido la consciencia, se sospecha de un traumatismo en cuello/columna vertebral, si se ha producido una rotura clara de un hueso o, por ejemplo, si existen indicios de un sangrado interno o externo elevado.

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Causas principales y factores de riesgo

Como se ha mencionado en líneas previas, las lesiones deportivas suelen ser consecuencia de uso excesivo, impacto directo, sobrecarga o aplicación de fuerza desmesurada. La pronación excesiva (giro excesivo hacia dentro) del pie de forma repentina, en el momento en que este se apoya en el suelo, también suele ser un responsable habitual de daños en las diferentes estructuras anatómicas de las extremidades inferiores. Los esguinces y las distensiones, los cuales suponen algunas de las lesiones deportivas más prevalentes en la población, se producen habitualmente al hacer un esfuerzo repentino, sobre todo cuando se requieren cambios de dirección.

Las caídas y los golpes directos contra otras personas/elementos también son causales de lesiones, destacando las de tejidos duros (como huesos o dientes) y los impactos en la cabeza, los cuales requieren atención médica inmediata. Este tipo de daños son más comunes en deportes de contacto, como el rugby o el hockey sobre hielo.

Más allá de los predisponentes puramente mecánicos, existen ciertos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de experimentar lesiones deportivas durante una actividad física. Se destacan los siguientes:

  • No emplear la técnica correcta durante la práctica deportiva.
  • No prepararse adecuadamente con estiramientos y acondicionamiento previo.
  • Sobreentrenamiento, ya sea por entrenar con demasiada frecuencia, de forma muy intensa, o durante demasiado tiempo.
  • Ausencia de equipo de protección (como cascos o rodilleras cuando se requieren) o elección de material desgastado (como zapatos viejos a la hora de correr).
  • Incremento drástico de la actividad física en poco tiempo.
  • Presentar ciertas características anatómicas específicas, deformidades musculoesqueléticas o poca flexibilidad general.
  • Haber presentado una lesión previa, no recuperarse adecuadamente, y continuar la práctica deportiva.
  • Tomar ciertos medicamentos, como las fluoroquinolonas, los cuales se han asociado con ciertos problemas en tendones.
  • Presentar sobrepeso u obesidad, pues esto aumenta el riesgo de lesiones por sobrecarga.

Diagnóstico de las lesiones deportivas

El diagnóstico de lesiones deportivas comienza con una evaluación clínica detallada. El médico o fisioterapeuta debe realizar una anamnesis sobre el paciente para identificar el mecanismo de la lesión, los síntomas presentes y el historial médico. Esto incluye preguntas sobre el tipo de deporte practicado, la intensidad del entrenamiento y cualquier antecedente de lesiones previas. Tras la obtención de información, se debe llevar a cabo un examen físico que puede incluir la inspección visual de la zona afectada, la palpación para detectar puntos dolorosos y las pruebas de movilidad articular y fuerza muscular, así como estudios específicos para identificar lesiones de tendones, ligamentos o cartílagos.

En casos más complejos, se utilizan estudios de imagen para confirmar el diagnóstico y evaluar la gravedad de la lesión. Por ejemplo, las radiografías son útiles para detectar fracturas de tejidos duros, mientras que la resonancia magnética y la ecografía permiten observar tejidos blandos como músculos, tendones y ligamentos con el fin de detectar potenciales desgarros e inflamaciones. Además, en lesiones articulares como meniscos o ligamentos cruzados, la artroscopia puede ser una herramienta tanto diagnóstica como terapéutica. El diagnóstico temprano y preciso es fundamental para planificar un tratamiento adecuado, prevenir complicaciones y favorecer una recuperación óptima del deportista.

Tratamiento

Tal y como ocurre en el apartado de causas y sintomatología, el tratamiento de las lesiones deportivas varía ampliamente según el tejido afectado, la gravedad del daño, la sintomatología del paciente, y mucho más. Ante cualquier dolor brusco de rápida instauración o malestar sordo sostenido durante el tiempo, se requiere atención de un profesional en la salud. De todas formas, existen algunas reglas generales que se pueden tener en cuenta para tratar una lesión aguda y leve que pueden ser de gran ayuda para recuperar el bienestar a corto plazo:

  • Descanso: se recomienda no hacer sobreúso de la estructura anatómica afectada durante un intervalo de 48-72 horas.
  • Hielo: es recomendable aplicar hielo en el área lesionada durante 20 minutos cada 2 horas durante las primeras 48 a 72 horas.
  • Compresión: en ocasiones, puede ser adecuado aplicar una venda elástica firme sobre el área, extendiéndose por encima y por debajo del sitio doloroso.
  • Elevación: tratar de elevar la extremidad afectada siempre que sea posible.
  • Protección: si es necesario, se pueden utilizar escayolas y otros dispositivos para que el miembro afectado sane a lo largo del tiempo.
  • Atención: en caso de que las medidas caseras no mejoren o el malestar sea notable, se debe buscar atención médica.

¿Cómo prevenir las lesiones deportivas?

La prevención de lesiones deportivas comienza, en todos los casos, con una preparación física adecuada. Es esencial realizar un calentamiento antes de comenzar una actividad física, ya que incrementa el flujo sanguíneo hacia los músculos y mejora la flexibilidad. Los ejercicios de estiramiento dinámico y las actividades de baja intensidad, como trotar suavemente, ayudan a preparar el cuerpo para el esfuerzo. Además, mantener una rutina de entrenamiento equilibrada que incluya fortalecimiento muscular, trabajo de resistencia y ejercicios de flexibilidad puede reducir significativamente el riesgo de lesiones deportivas, al mejorar la estabilidad articular y la capacidad física general.

La técnica y el equipo también desempeñan un papel crucial en la prevención. Usar el equipo adecuado para cada deporte, como calzado con soporte apropiado, cascos o protectores, disminuye la probabilidad de accidentes de manera considerable. Aprender y seguir las técnicas correctas para ejecutar movimientos deportivos específicos es igualmente importante, ya que los errores en la postura o la ejecución pueden generar tensiones innecesarias en los músculos y articulaciones. Además, es fundamental no exceder los límites personales y permitir que el cuerpo se recupere entre sesiones de entrenamiento, ya que el sobreentrenamiento es una causa frecuente de lesiones.

Por último, el cuidado general de la salud es clave para prevenir lesiones. Mantenerse hidratado, seguir una dieta equilibrada rica en nutrientes esenciales y dormir lo suficiente favorece la recuperación muscular y la resistencia física. Escuchar al cuerpo y prestar atención a molestias o dolores persistentes es importante, ya que estas señales pueden indicar un problema incipiente. No menos importante es realizar chequeos regulares con profesionales de la salud o entrenadores especializados, ya que esto también contribuye a identificar y abordar posibles desequilibrios o debilidades antes de que se conviertan en lesiones graves.

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