Para prepararse para una resonancia magnética (RM), es importante seguir una serie de recomendaciones con el fin de garantizar que el procedimiento sea seguro y eficaz. En primer lugar, se debe informar al médico o al técnico sobre cualquier condición médica relevante, como la presencia de dispositivos médicos implantados (marcapasos, stents, prótesis metálicas). Estos dispositivos pueden interferir con el campo magnético y fallar, por lo que es crucial que el personal esté al tanto para evitar complicaciones.
Antes del procedimiento, también se recomienda evitar llevar puestos objetos metálicos, como joyas, relojes, gafas o ropa con cierres metálicos, ya que el imán de la máquina de resonancia puede atraer estos elementos, lo que podría ser peligroso. A menudo, se proporcionará una bata para cambiarse. También es recomendable dejar todos los dispositivos electrónicos fuera de la sala de examen.
Dependiendo del tipo de resonancia magnética, puede ser necesario ayunar durante unas horas antes, especialmente si se requiere la administración de un contraste intravenoso. Este contraste ayuda a mejorar la visibilidad de ciertas estructuras internas y puede ser necesario para diagnósticos más precisos. El personal médico indicará las pautas específicas, como la cantidad de tiempo sin ingerir alimentos y líquidos antes de la prueba.
Finalmente, es importante prepararse mentalmente para el procedimiento, ya que la resonancia magnética se realiza en un tubo cerrado y el proceso puede durar entre 15 y 60 minutos, dependiendo del tipo de estudio. Si la persona sufre de claustrofobia o ansiedad en espacios cerrados, es aconsejable informar al médico con antelación. En algunos casos, pueden ofrecerse medicamentos sedantes leves para ayudar a mantener la calma durante la prueba o, en su defecto, ofertar la realización del estudio en una máquina de RM semiabierta.