Ecografía y radiografía: 7 diferencias clave
Diferencias entre ecografía y radiografía.

Ecografía y radiografía: 7 diferencias clave

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El término diagnóstico por imagen engloba al conjunto de técnicas y procedimientos empleados para observar el interior del cuerpo humano, especialmente con el fin de buscar indicios de una condición médica. Ya sea con propósitos clínicos o para la ciencia médica, el diagnóstico por imagen es esencial para mantener el bienestar de las personas, a nivel tanto individual como poblacional.

Existen múltiples técnicas de diagnóstico por imagen: radiografía, ecografía, resonancia magnética (RM), tomografía axial computarizada (TAC), mamografía y más. Todas ellas tienen utilidad en su correspondiente ámbito, pero también presentan distinciones clave de gran interés a nivel informativo. En las siguientes líneas, se presentan 7 diferencias entre la ecografía y la radiografía, dos de las técnicas imagenológicas más empleadas en todo el mundo.

1. Metodología distinta

La radiografía es una técnica de diagnóstico por imagen que hace uso de rayos X, una forma de radiación ionizante. Esta radiación tiene una energía alta y puede atravesar la mayoría de materiales, incluyendo aquellos que componen el cuerpo humano. A medida que pasan por el organismo, estos rayos se absorben en mayor o menor cantidad dependiendo de la densidad del tejido atravesado: aquellas estructuras densas, como los huesos, suelen mostrarse blancas en la imagen, mientras que la grasa y los músculos se presentan en tonos más grisáceos. La diferencia de densidad tisular permite obtener las imágenes para el diagnóstico.

La ecografía, por otro lado, hace uso de ondas sonoras de alta frecuencia (ultrasonido) para observar el interior del cuerpo. Para ello, se emplea un instrumento similar a un micrófono conocido como transductor, el cual se encarga de emitir las ondas a través de la zona anatómica a estudiar. Estas ondas “rebotan” sobre los diversos tejidos del cuerpo, y el transductor recibe los ecos para su posterior transformación en imágenes a tiempo real.

Resumiendo este punto: una de las diferencias clave entre ecografía y radiografía es la metodología empleada. La radiografía hace uso de radiación ionizante, mientras que la ecografía utiliza ultrasonido como medio para la obtención de imágenes. Ambos procedimientos son complementarios y arrojan información diferente sobre la anatomía humana.

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2. La ecografía no utiliza radiación ionizante

Como se ha explicado en el punto previo, la ecografía no hace uso de radiación ionizante en ningún momento del procedimiento, mientras que la radiografía sí lo hace. Aunque la dosis de radiación emitida en una radiografía o tomografía axial computarizada (TAC) se considera de bajo riesgo y en la inmensa mayoría de las ocasiones el beneficio diagnóstico es más que suficiente, hay que tener en cuenta que esta exposición puede llevar a daño celular y aumentar de forma leve el riesgo de cáncer. También puede ser perjudicial para el feto durante el embarazo.

Por este motivo, la ecografía se considera una técnica mucho más segura para mujeres gestantes, y también en casos en los que se tiene que repetir la toma de imágenes de forma consecutiva o con cierta asiduidad en el mismo paciente. De todas formas, en algunos escenarios la radiografía arroja una mayor precisión diagnóstica para ciertas condiciones y debe realizarse igualmente. La evaluación riesgo/beneficio siempre estará guiada por un profesional médico.

3. La ecografía permite obtener imágenes en tiempo real

Una de las grandes ventajas de la ecografía como técnica diagnóstica es su capacidad para generar imágenes en tiempo real. Al emplear ondas sonoras de alta frecuencia que se reflejan en los tejidos y órganos internos, el transductor captura los ecos al instante y genera imágenes dinámicas en una pantalla. Esta capacidad de visualizar el movimiento en tiempo real es particularmente útil en estudios como los ecocardiogramas, en los cuales es necesario observar el funcionamiento del corazón y las válvulas mientras laten, o durante las ecografías obstétricas, donde se puede ver al feto moverse dentro del útero.

Por otro lado, la radiografía produce imágenes estáticas y no muestra el movimiento de las estructuras internas. Las imágenes obtenidas durante el procedimiento son capturadas en una película o en un detector digital, pero una vez generadas, no se pueden modificar. Por esta razón, las radiografías son más adecuadas para evaluar estructuras que no cambian rápidamente, como los huesos, o para detectar cambios patológicos en tejidos fijos, como en el caso del diagnóstico de patologías pulmonares.

4. Calidad de la imagen

La calidad de la imagen es una de las diferencias clave entre ecografía y radiografía, pero es importante destacar que no hay técnica “mejor” o “peor”, sino más o menos útil según el contexto del paciente. La realización de cada una de estas pruebas puede ser más o menos adecuada según indicación médica, y ambas reportan un gran interés diagnóstico en sus áreas respectivas.

La radiografía ofrece una calidad de imagen superior para estructuras densas, como huesos, piezas dentales y otros tejidos que absorben bien los rayos X. Por otro lado, la ecografía es mejor para evaluar tejidos blandos y órganos internos, si bien presenta ciertas limitaciones de resolución. Aunque las imágenes de ecografía son menos detalladas que las radiográficas cuando se trata de estructuras densas, la ecografía permite observar el movimiento en tiempo real y es ideal para evaluar funciones dinámicas, como el flujo sanguíneo o el latido del corazón.

5. Áreas para el diagnóstico diferentes

Ahora que ya se han cubierto todos los aspectos metodológicos básicos de ambas técnicas, es de interés conocer en qué ámbito destacan cada una de ellas.

La ecografía se suele emplear en:

  • Obstetricia: por su no invasividad, ausencia de efectos secundarios, y capacidad de observación del feto a tiempo real.
  • Diagnóstico en tejidos blandos, especialmente el área abdominal: evaluación de hígado, intestinos, riñones, bazo, páncreas y más.
  • Diagnóstico de trastornos musculoesqueléticos: en tejidos blandos, como músculos y ciertas secciones articulares.
  • Observación de otros tejidos blandos: tiroides y paratiroides, vasos sanguíneos, órganos pélvicos, senos, corazón y válvulas cardiacas, entre otros.

La radiografía se suele emplear en:

  • Diagnóstico de fracturas óseas: por su fácil observación, esta técnica es ideal para detectar fracturas y otras irregularidades en huesos.
  • Estudios dentales: para la detección de caries, crecimiento anormal dental, malformaciones de mandíbula y mucho más.
  • Evaluación de la salud pulmonar: el aire de los pulmones en la radiografía se muestra en tono negro, lo que permite un amplio contraste con los tejidos circundantes. Por este motivo, la radiografía es esencial para comenzar el diagnóstico de trastornos pulmonares, como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), tumores, infecciones y más.
  • Otros usos: diagnósticos de cálculos renales, cálculos vesicales, anomalías óseas congénitas, fracturas en la pared torácica y mucho más, con especial atención en estructuras óseas y cuerpos extraños.

6. Tiempo de realización

El tiempo de realización también es una de las diferencias esenciales entre ecografía y radiografía. La ecografía suele demorarse unos 20-30 minutos en llevarse a cabo, mientras que la radiografía es mucho más rápida, tardando solo unos 5-15 minutos. Aunque ambas se consideran técnicas de diagnóstico por imagen de gran presteza, la radiografía destaca por su rapidez y facilidad, por lo que es esencial en entornos de urgencia donde se requiere una obtención de imágenes casi inmediata.

7. Coste

Aunque ambas pruebas se consideran asequibles y relativamente sencillas de realizar en comparación con otras técnicas más avanzadas, como la resonancia magnética (RM) o la tomografía axial computarizada (TAC), hay que destacar que la radiografía tradicional suele ser algo más económica que la ecografía.

La radiografía utiliza una tecnología más sencilla y establecida, requiere menor inversión temporal en su realización, su equipamiento es más sencillo de mantener y está algo más automatizada que la ecografía. Por estas razones, suele estar algo más disponible, y a un precio más asequible.

Estas son las principales diferencias entre la ecografía y la radiografía. De todas formas, más allá de la información expuesta, es esencial comprender que ambas son complementarias y no hay una mejor que otra, sino que destacan en ámbitos médicos diferentes. Ante cualquier duda sobre qué prueba puede ser la más adecuada para ti, no dudes en ponerte en contacto con tu médico de confianza.

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