Apendicitis: causas, síntomas y tratamiento

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El dolor abdominal es una de las principales causas de la visita a la consulta médica. Todo ser humano ha sentido malestar en el abdomen en algún momento de su vida, aunque este síntoma no siempre se asocie a un proceso patológico. Desde una simple indigestión hasta un cáncer, existen muchos motivos por los cuales se puede sentir dolor agudo o crónico en la región abdominal.

Tal y como indican estudios, la apendicitis es responsable de hasta el 28,1 % de los casos de dolor abdominal agudo. En las siguientes líneas, se recogen las características clínicas, causas, síntomas y tratamiento de este cuadro tan común.

¿Qué es la apendicitis?

La apendicitis es la inflamación del apéndice, un órgano pequeño con forma de tubo unido a la primera parte del intestino grueso. Aunque en el pasado se creía que este órgano era de naturaleza vestigial (completamente inútil para el ser humano), se ha asociado al mantenimiento de la microbiota intestinal y a un correcto funcionamiento inmune de la mucosa. En algunos casos, el apéndice se inflama y causa un cuadro sintomático en el lado inferior derecho del abdomen, generando así una apendicitis aguda.

La apendicitis es mucho más común en el grupo poblacional entre 5 y 45 años de edad, con una edad media de diagnóstico de 28 años. Tal y como indican fuentes epidemiológicas, su incidencia es de aproximadamente 233 casos por cada 100 000 personas, una cifra nada desdeñable. Los hombres tienen mayor probabilidad de padecer esta patología.

Apendicitis crónica y apendicitis aguda

Aunque en la inmensa mayoría de los casos al hablar de apendicitis se hace referencia a la variante aguda, es de interés diferenciar ambos cuadros:

  • Apendicitis aguda: tiene síntomas más severos y notables que la crónica, los cuales aparecen de forma rápida (en un intervalo de 24-48 horas). Es mucho más común en niños y adultos jóvenes, con pico epidemiológico entre los 10 y los 30 años. Se trata de una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato para evitar complicaciones.
  • Apendicitis crónica: es mucho menos común que la variante aguda. Suele cursar con síntomas menos evidentes que van y vienen y puede permanecer sin diagnosticar durante semanas, meses e incluso años.

¿Cuál es la causa de la apendicitis?

La apendicitis aguda está causada generalmente por la obstrucción del lumen apendicular, es decir, el espacio interno del apéndice. Esto puede deberse a distintas entidades clínicas, entre las que destacamos las siguientes:

  • Apendicolitos, acumulación de heces que actúan como factores obstructivos definitivos que causan la inflamación del apéndice.
  • Tumores apendiculares.
  • Adenocarcinoma de apéndice.
  • Parásitos intestinales causales de obstrucción mecánica.
  • Tejido linfático hipertrofiado.

Aunque estos sean algunos de los sospechosos habituales de la enfermedad, cabe destacar que en muchos casos la etiología exacta de la apendicitis es desconocida. Cuando el lumen apendicular se tapona, se acumulan bacterias, se produce una inflamación y se corre el riesgo de sufrir perforaciones y abscesos.

Además, existen diversos factores de riesgo para el desarrollo de apendicitis. Ser niño-adolescente es uno de los más relevantes, además de pertenecer al sexo biológico masculino y tener un historial familiar de apendicitis.

Síntomas

Los síntomas más bien descritos y conocidos son los presentados durante la apendicitis aguda. Se destacan los siguientes:

  • Dolor abdominal generalizado o periumbilical que se localiza en el cuadrante inferior derecho. Puede ser leve al principio, pero se torna agudo y grave con el paso de las horas.
  • Sensibilidad abdominal al tacto.
  • Dolor que empeora al toser, caminar, correr y realizar otros movimientos bruscos.
  • Vómitos.
  • Náuseas.
  • Pérdida de apetito.
  • Fiebre.
  • Heces duras o diarrea.
  • Indisposición general.
  • Frecuencia o urgencia urinaria.
  • Indigestión.
  • Flatulencias

Cualquiera de estos signos clínicos es motivo de visita el médico. De todas formas, es necesario destacar que no todos los pacientes perciben el cuadro igual y puede que tanto el lugar del dolor como la intensidad varíen, según el sexo biológico, la edad y el posicionamiento del propio apéndice, entre otros factores.

Posibles complicaciones

Si no se trata, la apendicitis puede llevar a múltiples complicaciones:

  • Perforación del apéndice: en este cuadro, el contenido de las heces dentro del apéndice se filtra hacia el abdomen. Esto resulta en una reacción inflamatoria.
  • Absceso: cuando el apéndice revienta, es posible que se forme una acumulación de pus conocida como absceso.

La perforación del apéndice puede hacer que las bacterias contenidas se esparzan por el abdomen, dando lugar a un cuadro muy serio conocido como peritonitis. La peritonitis debe tratarse de inmediato, pues pone en riesgo la vida.

Diagnóstico de la apendicitis

Ante cualquier síntoma de apendicitis, hay que acudir a urgencias. Fuentes ya citadas recomiendan que el profesional sanitario no le administre medicamentos para el dolor al paciente nada más llegar, pues los analgésicos enmascaran la especificidad de los síntomas, muy importantes para establecer un diagnóstico diferencial.

Entre las pruebas que se realizan para diagnosticar la apendicitis, destacan las siguientes:

  • Examen físico: el dolor aumenta cuando se presiona sobre el cuadrante superior derecho del abdomen. Una exploración rectal también puede manifestar dolor en el lado derecho del recto.
  • Análisis de sangre: el conteo de leucocitos, el porcentaje de neutrófilos y otras células inmunitarias pueden llegar a dilucidar signos de infección.
  • Pruebas de diagnóstico por imagen: la tomografía computarizada (TC) reporta un éxito superior al 95 % en el diagnóstico de la apendicitis. La ecografía reporta algo menos de especificidad, pero puede ser útil en niños, mujeres embarazadas y otras personas más vulnerables a la radiación ionizante. La resonancia magnética también puede resultar de gran utilidad en mujeres gestantes que reciben una ecografía abdominal inconclusa.

Aunque de forma tradicional la apendicitis se diagnostique con base en el historial clínico, los estudios de diagnóstico por imagen se emplean cada vez más.

Tratamiento

En general, el tratamiento de la apendicitis pasa por extirpar el apéndice inflamado. Este procedimiento, conocido como apendicectomía, requiere de anestesia general y supone una de las intervenciones quirúrgicas más comunes en todo el mundo. Como en cualquier cirugía, existen ciertos riesgos, pero el pronóstico y el ratio de éxito para este procedimiento son en general excelentes.

En ciertos casos, se puede requerir también un drenaje de pus antes de la cirugía de extracción si existe un absceso o el recetado de antibióticos para evitar que la infección se escape de control. También puede ser necesaria la administración de fluidos intravenosos, el consumo de fármacos para el dolor una vez realizado el diagnóstico y la administración de dieta líquida durante u tiempo determinado.

En general, el pronóstico de la apendicitis aguda es muy positivo. Si se detecta a tiempo y se evitan las posibles complicaciones, una persona que ha pasado pro una apendicectomía puede llevar una vida completamente normal.

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