10 beneficios de la radiografía

1. Ayuda en el diagnóstico de múltiples trastornos y enfermedades

Debido a su coste reducido y la facilidad de su realización, la radiografía y la ecografía suelen ser las técnicas de diagnóstico por imagen que más se recomiendan para comenzar a detectar patologías o descartarlas. En específico, los rayos X son la herramienta de elección para evaluar los brazos, las piernas, el tórax, la columna y, en ciertas ocasiones, la región abdominal.

Esta técnica se emplea sobre todo en regiones anatómicas con estructuras importantes de densidades diferentes. Entre otras muchas cosas, permite detectar o iniciar el diagnóstico de:

• Fracturas, pues el tono de los huesos contrasta perfectamente con el de los músculos y los tejidos blandos en la radiografía.
• Neumonía y otras condiciones pulmonares. El color negro de los espacios aéreos en los pulmones permite un contraste excelente con la coloración de tumores y tejidos infectados en el área pulmonar.
• Obstrucciones intestinales. El aire presente en el interior de los intestinos ofrece un buen contraste con el gris de los órganos abdominales que lo rodean.

2. Detección temprana

Por los mismos motivos que en el punto anterior, la radiografía se considera una herramienta clave para la detección temprana de enfermedades potencialmente mortales, como el cáncer. Sin ir más lejos, la mamografía regular (un tipo de radiografía especial de la mama) reduce el riesgo de morir por cáncer de mama hasta en un 65 %. A pesar de las cifras alentadoras, es necesario tener en cuenta que la radiografía también tiene ciertos efectos secundarios y solo debe realizarse bajo recomendación profesional.

3. Es una técnica de diagnóstico no invasiva

La radiografía es una técnica de diagnóstico por imagen no invasiva, ya que no requiere la inserción de elementos dentro del organismo ni ningún procedimiento quirúrgico asociado. Esto reduce riesgos, minimiza el tiempo de recuperación, y posibilita su realización en prácticamente todos los sectores poblacionales (desde niños hasta adultos).

4. Es indolora

En línea con el punto anterior, la no invasividad de esta técnica hace que tampoco sea dolorosa en ningún escenario para el paciente. Se puede sentir algo de incomodidad al mover la zona del cuerpo afectada para la correcta obtención de imágenes en ocasiones, pero más allá de esto, se trata de un procedimiento indoloro en su totalidad.

5. La radiografía es rápida

La duración de una radiografía puede variar dependiendo del tipo de prueba y del área anatómica que se esté examinando. Sin embargo, en general, un procedimiento típico suele tomar muy poco tiempo desde la preparación hasta la obtención de imágenes, aproximadamente unos 10-20 minutos. Este es uno de los beneficios más claros de la radiografía, pues la rapidez posibilita su utilización prácticamente cualquier instalación sanitaria, centros de urgencia e incluso situaciones de vida o muerte para el paciente.

6. Utilidad en el entorno de urgencias

La evaluación rápida y general de ciertos órganos y tejidos es esencial en situaciones de urgencia. Algunas de las aplicaciones de la radiografía en entornos límite son:

• Fracturas óseas en huesos largos, como el fémur, la tibia, el húmero y el radio.
• Lesiones en la columna vertebral, como fracturas, dislocaciones o alineaciones anormales.
• Traumatismo torácico, para la evaluación de costillas, contusiones pulmonares y neumotórax (colapso pulmonar).
• Perforaciones viscerales, cuerpos extraños o presencia de aire libre en la cavidad abdominal, entre otros trastornos abdominales severos.
• Dolor torácico agudo y evaluación de patologías como neumonía, insuficiencia cardíaca congestiva y derrames pleurales.
• Evaluación postraumática en accidentes de tráfico.
• Lesiones en la cabeza y el cuello. Evaluación de fracturas de cráneo, lesiones faciales y daño en las vértebras cervicales.

La amplia disponibilidad, el bajo costo económico y la rapidez hacen que los rayos X se empleen como primera línea diagnóstica en el entorno de urgencias en la mayoría de los casos.

7. Guía de procedimientos

Los rayos X se utilizan como guía en diversos procedimientos médicos para mejorar la precisión y seguridad del tratamiento. Algunos ejemplos de procedimientos guiados por radiografía:

1. Colocación de catéteres y líneas centrales.
2. Biopsias guiadas por imágenes.
3. Angiografía.
4. Fluoroscopia.
5. Reducción de fracturas.
6. Implantación de dispositivos ortopédicos.
7. Cirugía espinal.
8. Extracción de cuerpos extraños.
9. Drenaje de abscesos.
10. Artrografía.

8. La radiografía tiene un precio reducido

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9. Monitoreo de tratamiento

La radiografía también puede ser de gran utilidad para monitorizar tratamientos y evaluar la progresión de diversas enfermedades. De todas formas, hay que tener en cuenta que esta técnica de diagnóstico por imagen supone exposición a radiación ionizante. Aunque el riesgo sea mínimo, este tipo de radiación podría asociarse al daño celular y a una probabilidad algo más elevada de padecer ciertos tipos de cáncer.

Por este motivo, no se suele recomendar la realización de múltiples radiografías en la misma zona del cuerpo, a menos que sea necesario. Tampoco se suele indicar en mujeres embarazadas por el potencial riesgo fetal, aunque en algunos escenarios es necesario por los potenciales beneficios del diagnóstico en comparación con cualquier detrimento.

10. Resultados rápidos

En general, las radiografías pueden ser visualizadas en el mismo momento tras la realización del estudio por parte de los profesionales médicos. Esto hace que, en muchos casos, se puedan presentar los informes pertinentes al paciente en un intervalo temporal muy reducido (24,48 o 72 horas).

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