Ecografía: procedimiento, usos y ventajas

¿Cuáles son los usos de la ecografía?

La ecografía, también conocida como ultrasonido, sonografía o sonografía médica de diagnóstico, es una técnica que utiliza ondas de sonido para obtener imágenes del interior del cuerpo. Existen 3 grandes grupos de ecografías:

1. Ecografía del embarazo: para monitorizar el crecimiento, el desarrollo y potenciales trastornos del bebé durante la gestación.
2. Ecografía diagnóstica: para la prevención y el diagnóstico de enfermedades en el paciente. Se suele recomendar ante la presencia de ciertos signos y síntomas.
3. Ecografía de guiado: para ayudar al personal médico a la hora de realizar biopsias y otros procedimientos de extracción de tejidos, entre otras técnicas que requieran apoyo imagenológico.

Aunque el procedimiento pueda ser similar en los 3 casos, conviene evaluar los usos de la ecografía de forma independiente en cada uno de estos 3 bloques.

Aplicaciones de la ecografía del embarazo

Esta técnica utiliza ondas sonoras para crear una imagen de cómo se está desarrollando el bebé en el útero y del estado de los distintos tejidos adyacentes de la madre. La ecografía de embarazo es útil para:

• Confirmar si la mujer está embarazada.
• Estimar cuánto tiempo lleva la madre embarazada y la edad gestacional del feto.
• Conocer la posición y crecimiento del feto.
• Observar cambios fetales y su ritmo cardiaco, entre otras características.
• Buscar enfermedades y trastornos que estén desarrollándose en el bebé durante el embarazo.
• Monitorizar la cantidad de líquido amniótico.

Aplicaciones de la ecografía diagnóstica

La ecografía diagnóstica tiene diversos usos según la región analizada, tal y como se refleja en la siguiente lista:

• Ecografía abdominal: detección de enfermedades hepáticas, problemas en la vesícula biliar, trastornos del riñón, enfermedades del páncreas, masas benignas o malignas (cáncer) en la región abdominal, inflamación intestinal y más. Suele recomendarse ante la presencia de dolor abdominal.
• Ecografía vaginal: esta técnica es especialmente útil en la detección temprana de afecciones ginecológicas, como quistes ováricos, fibromas uterinos y otras anomalías, además de la evaluación del endometrio.
• Ecografía renal: para evaluar el tamaño, la localización, la forma y el estado general tanto de los riñones como de las estructuras adyacentes. Permite comenzar el camino diagnóstico para la detección de tumores, quistes y obstrucciones renales, entre otras cosas.
• Ecografía de senos o ecografía mamaria: suele utilizarse como técnica de apoyo tras la realización de la mamografía, sobre todo en los casos en los que se han detectado anormalidades.
• Ecografía de tiroides: permite la evaluación detallada de la glándula tiroides, lo que conlleva la detección de anomalías como nódulos, quistes, agrandamientos y otras alteraciones estructurales.
• Ecografía vascular (Doppler): esta técnica detecta y mide la velocidad y dirección del flujo sanguíneo en los vasos sanguíneos y el corazón, lo que permite evaluar la circulación sanguínea y diagnosticar posibles obstrucciones, estrechamientos o anomalías en el sistema circulatorio.
• Otros tipos de ecografía: lumbar, axilar, ocular, transrretral, escrotal, cutánea y más.

Como se puede observar, la ecografía diagnóstica tiene múltiples aplicaciones clínicas, las cuales dependen principalmente del área anatómica a estudiar. Ante cualquier duda sobre qué tipo de ecografía es la más indicada para el paciente, conviene ponerse en manos del profesional en salud de confianza.

Aplicaciones de la ecografía de guiado

La ecografía de guiado, también conocida como ecografía asistida por ultrasonido, es un procedimiento útil para guiar a los profesionales en salud en la extracción de líquidos, tejidos y otros elementos del interior del cuerpo. Algunos de los principales usos de la ecografía de guiado son:

• Biopsia de tejidos.
• Aspiración de líquidos.
• Colocación de catéteres.
• Drenaje de abscesos.
• Inyección de medicamentos.
• Procedimientos obstétricos, como la amniocentesis.

¿Cuál es la preparación para una ecografía?

La preparación para la ecografía depende del área anatómica a estudiar. De todas formas, es necesario destacar que para la mayoría no se requiere ninguna preparación excesiva. En primer lugar, es importante que el paciente hable con su médico antes del procedimiento para comprender por qué se está realizando la ecografía, qué esperar de ella y si hay alguna preparación específica que llevar a cabo en los días previos al estudio.

El día de la prueba, es fundamental acudir con ropa holgada y fácil de poner-quitar, además de llevar la menor cantidad de objetos metálicos posible (joyas, cinturones y más). Antes de comenzar, se le pedirá al paciente que se quite todos estos abalorios, pues el material metálico puede interferir con la obtención de imágenes. También es recomendable traer otros estudios imagenológicos relevantes para el caso al centro el día del estudio.

Según el tipo de ecografía realizada, pueden requerirse algunas preparaciones más. Por ejemplo, en algunas ecografías del aparato urinario o reproductor, puede requerirse el llenado de la vejiga antes del estudio. En otras ecografías, como la abdominal, suele recomendarse un periodo de ayuno de unas 8 horas. Ante cualquier duda sobre las medidas a tomar antes de la prueba imagenológica, es necesario ponerse en contacto con el profesional médico.

¿Cómo se hace la ecografía?

En este apartado, se describirá el procedimiento general de la ecografía diagnóstica clásica.

Para la realización de la mayoría de ecografías, se le pedirá al paciente que se quite la ropa y se ponga una bata hospitalaria. Una vez esté preparado, se le indicará que se tumbe sobre una camilla metálica, y el profesional en salud colocará sobre el área de interés una pequeña cantidad de gel que puede sentirse algo frío al tacto. El objetivo de este líquido transparente y viscoso es mejorar la transmisión de ondas de ultrasonido, lo que permite una obtención de imágenes más exacta.

Tras la aplicación del gel, el profesional moverá sobre la zona de interés el transductor, aparato que emite y recoge las ondas de ultrasonido. Dependiendo del tipo de procedimiento, puede ser necesario que el paciente se mantenga especialmente quieto o mantenga la respiración durante intervalos temporales, con el objetivo de que las imágenes obtenidas sean lo más claras posible. Una vez haya finalizado el procedimiento, se limpiará el exceso de gel del cuerpo y se le pedirá al paciente que se vista. Se puede hacer vida completamente normal tras la prueba.

Normalmente, la ecografía tiene una duración de 20 a 30 minutos. Es completamente indolora, no invasiva y rápida de realizar. Por todos estos motivos, es una de las técnicas de diagnóstico por imagen más empleadas en todo el mundo.

Ventajas de la ecografía

La ecografía es una técnica de diagnóstico que reporta múltiples ventajas. Se nombran las más destacadas en la siguiente lista:

• La inmensa mayoría de ecografías son no invasivas, exceptuando aquellas que sirven para acompañar procesos de biopsia, aquellas en las que se debe introducir el transductor en alguna parte del cuerpo o en las que se requiera contraste.
• Es una técnica que no causa dolor.
• Es fácil de realizar y está muy disponible en centros médicos de todo el mundo.
• Es extremadamente segura y, a diferencia de otras técnicas de diagnóstico por imagen, no emplea radiación ionizante. 
• En líneas generales, permite obtener imágenes más claras que otras técnicas, como los rayos X.
• Es la técnica diagnóstica por excelencia para la evaluación de la mujer embarazada y el feto. 
• Permite guiar diversos procedimientos médicos de forma eficaz.

Desventajas y riesgos asociados a la ecografía

A día de hoy, la ecografía no reporta ningún efecto secundario o riesgo asociado. Por ello, se puede realizar tantas veces como sea necesario y un profesional en salud lo indique. De todas formas, no es apta para todos los procedimientos diagnósticos, y tiene sus limitaciones. Se citan algunas de las más importantes en la siguiente lista:

• La ecografía puede presentar ciertas dificultades para visualizar estructuras detrás de los huesos o en áreas con gas o aire, como el intestino. Esto puede limitar su utilidad en ciertas circunstancias y se requiere del apoyo de otros procedimientos.
• El ultrasonido no puede penetrar a través de los huesos, lo que puede dificultar la visualización de estructuras internas en áreas en las que las estructuras óseas interfieren con la transmisión de ultrasonido.
• En pacientes con obesidad extrema, la calidad de las imágenes de ecografía puede verse reducida debido a la dificultad para penetrar a través del tejido adiposo.

La ecografía es una técnica de diagnóstico por imagen con una inmensa utilidad, pero su recomendación y realización varián de forma considerable según la sintomatología del paciente, su estado de salud general, la enfermedad que se esté buscando y mucho más. De todas formas, su amplia disponibilidad, su no invasividad y la facilidad de realizarla hacen que sea una de las técnicas diagnósticas más epleadas en todo el mundo.

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